¡Biblioteca!

Ya que no me puedo dormir, pienso en actualizar el blog del Cole, y me doy cuenta que hace un mes y chirolas que no subo nada.
Pero ¿alguien lee este Blog? Es la pregunta de cajón; para justificar el tomarse el tiempo de actualizarlo, digo, bah! pienso... Sinceramente creo que NO.
Y como no lo lee ningún usuario (la mayoría ignora que existe, porque Facebook les ofrece más amistades entretenidas a la carta, y con los muros leen menos) puedo explayarme con ganas.
 Por ahora quiero manifestar que extraño a la Biblioteca del CNJ, porque es mi baticueva; es mi segundo hogar, qué digo, es la extensión mañanera de mi hogar... Te extraño, reducto lejano al edificio central: caliente en verano y helado en invierno, culo del mundo, atracadero de libros, iglesia de la mente curiosa.
Y cuento las horas para volver a olerte, a empaparme en tu silencio, en el polvo de tus revistas, enciclopedias y diapositivas; a sentarme y pararme para entregar un libro, para diseñar una cartelera escolar, para tomar un mate escondido y verdoso que se amarga, se lava y se enfría hasta el olvido del tiempo...
También extraño cargar libros en Aguapey, por horas enteras. Que se hacen momentos de descubrimiento y encuentro. Clasificar, describir, catalogar y cotejar la información preciosa que se queda guardada en el estante inerte, esperando la próxima caricia... tal vez el redescubrimiento de un lector enmarañado entre los estantes de letra, papel y vida. Extraño esa VIDA, esa esperanza, que se ofrece  en cada página, en cada rincón de ese templo candente y frío: ¡Biblioteca!