A mediados del s. XX, siendo considerada una
pequeña Villa, Tunuyán recibió a las Hnas. Mercedarias del Niño Jesús.
El terreno donde se ubica el Colegio del Niño Jesús fue
donado por Natalia Muñoz, viuda de Adriazola. La humilde casa fue dividida
entre vivienda de la Sra. donante mientras vivió, y el hogar de las religiosas.
Así comenzaron los trámites de la fundación.
Con la cooperación del pueblo tunuyanino (en materiales
de construcción más dinero) y el apoyo de la empresa Emilio Massi, comenzó la
construcción del edificio.
El 14 de abril de 1952 abre sus puertas brindando a la
comunidad la enseñanza primaria completa. Las primeras educadoras de esta obra
mercedaria fueron las hermanas Delia Sotelo, Magdalena López, Natalia Maldonado
y Elena Panoff.
En forma permanente se realizaron obras para agrandar y
mejorar las instalaciones, adaptándolas a las exigencias legales de Dirección
General de Escuelas. De esta forma se volvieron más funcionales espacios, como
por ejemplo: la actual Biblioteca que hasta el año 1980 fuera utilizada como
dormitorio de las niñas y jovenes internas
(quienes se educaban y vivían en el Colegio, acompañadas por las religiosas).
También se organizó la Sala de Música, de Informática y la Sala de Plástica.
En el actual Instituto del Niño Jesús se busca que estudiantes
y docentes lleven a la práctica el lema mercedario Educar para redimir. Por ello desde el Equipo de Pastoral
y la Comisión de Padres se intenta revalorizar los valores humanos y
cristianos, que se traducen en la solidaridad y la caridad manifiesta en obras.
Los exalumnos nos honran con su visita a
nuestra casa de estudios, ya sea para recorrer las aulas que añoran con el
paso de los años, para preguntar sobre la vida y destino de alguna religiosa
cercana a sus afectos, o simplemente para hacer donaciones de libros a la
Biblioteca educativa institucional, a la que añoran.